¿Crees que los españoles somos envidiosos y

 "pueblo de frutos tardíos"?

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IRIS
Alfonso Sánchez Ortega

La envidia. Gran flaqueza de los españoles. Que para que todos los vecinos nos vean, somos capaces de ir sin faltar al bar del barrio, los domingos a mediodía a tomar una caña con gambas, solamente para que nos vean que disponemos de solvencia suficiente como para poder hacer este dispendio, aunque después no tengamos nada para comer en casa. Y nos compramos otro coche, simplemente porque el vecino se lo ha comprado… y nosotros no somos menos… por supuesto, “el qué dirán es importante”, aunque ni falta que nos hacía cambiar de coche, sino más bien procurar con carácter urgente alimentarnos mejor y disfrutar mejor de la vida, aunque nadie nos vea hacerlo, simplemente por nuestra mejor salud y por nuestro disfrute.

Nuestra segunda flaqueza, nos envuelve a los españoles en un halo de que “somos un pueblo de frutos tardíos” como acostumbraba a decir Menéndez Pidal. Nuestra aversión a las novedades, misoneísmo, nos produce a los españoles un estado cerrado y paranoico de tal dimensión, que nos tiene amarrados a una “clara aversión a las novedades”. Somos incapaces de interesarnos por algo nuevo, hasta que como todo el mundo lo tiene, entonces también nosotros tenemos que comprarlo. Una desgracia.

Todo lo nuevo debe ser mirado y estudiado con interés y admiración y no con desprecio y rechazo, como los españoles sabemos perfectamente hacer.