Entrañable, fresca, cercana, enriquecedora y estimulante forma de expresión, no tan sencilla como en principio pudiera parecer, la narración, que podría describir vivencias de nosotros mismos, nos va llevando por derroteros asombrosos, en los que la suerte puede tocarnos a cualquiera en la misma forma, pese a que las ganas de vivir convierten el devenir de una persona, en una lucha por la supervivencia y el aprendizaje continuo para saber estar cada vez mejor e ir adquiriendo una buena forma de adaptarse en cualquier lugar y el entorno de compañía de otras personas, donde las circunstancias imprevisibles muy a menudo inevitablemente nos sitúan.


IRIS
Alfonso Sánchez Ortega